El color del talento
El color del talento

El color del talento

En su reciente visita al país, el presidente de China, Xi Jinping, se llevó una obra de arte de manos de su creadora, Marcela Ormaechea, una vecina de Hurlingham, que cuenta a El diario un poco de trayectoria y por qué del regalo.

El color del talento

Miercoles 06 de agosto de 2014 | 14:33

Por: Florencia Pereyra Saafigueroa
Foto: Julieta Alfonso


Artista como pocas. Marcela Ormaechea tiene 61 años y nació en Capital Federal. Transcurrió su infancia en el campo, su adolescencia en el mar y hace varios años vive en Hurlingham. Dentro de su extenso curriculum cabe destacar su título de Museóloga, Asistente Técnica de Planificación y Master en Cultura Argentina. Formó parte de la Comisión Directiva de la Asociación de Directores de Museos de la República Argentina y fue directora del Museo Santiago Parodi durante los últimos 25 años. Este mes le entregó una obra de arte al presidente chino, Xi Jinping, en representación de los vecinos del distrito junto con el concejal del Frente para la Victoria Adrián Eslaiman, en la visita oficial del Presidente oriental a la Argentina.

 


-¿Cómo pasó de ser museóloga a pintar cuadros?


-En un principio quería estudiar Diplomacia, después Asistente Social hasta que finalmente me decidí por Museología. Cuando me recibí, mi primer trabajo en esa rama fue el del Museo Parodi del cual después fui directora. Más tarde me interesé por la pintura a partir de la creación del Centro de Exposiciones del Museo del Ejército en el sitio Histórico de la ex Casa de la Moneda en el cual organicé una Mega Muestra de 200 artistas plásticos argentinos. Al recorrer los talleres de estos maestros me llamó  la atención uno en particular que fue Fabián Galdamez, mi primer profesor.


-Su formación artística se realizó con varios artistas y cada uno de ellos con distintas técnicas y estilos de pintura. ¿Usted en qué se inspira al momento de realizar un cuadro?


-Mi pintura es muy espontánea. En un principio me enfoqué en los abstractos y algunas pinturas figurativas. Luego pase al impresionismo y en el último tiempo me orienté en trabajar con esmalte sintético, espejos y distintas texturas. Realice obras con temas como el medio ambiente, reciclado y consumismo global. Me gusta pintar en grande pero no suelo inspirarme con algo puntual, simplemente surge una idea y la realizo. Todo es por placer, no vendo mis obras. Mi casa es también mi atelier, repleta de cuadros y pintura. Me gusta trabajar en cada rincón, siento que el arte le da vida a mi casa.


-Mencionó que no comercializa sus pinturas, solo expone y lo ha hecho en cientos de lugares de Argentina y el mundo pero, ¿Qué trabajos realizó en Hurlingham?


-Solo regalo y expongo, hasta ahora no quise venderlos porque los siento muy míos.


En Hurlingham realicé obras para el Club de Polo y el de Golf. Por otra parte también expuse para la Radio FM Blog, fui elegida por la comunidad como “La Mujer del Mes” para la FM Caseros, realicé una muestra retrospectiva en Hurlingham Motors y participé en “La noche de Hurlingham”, entre varios eventos más.


-¿Cómo surgió la idea de entregarle la obra que tituló “Atardecer del otro lado del mundo con barquitos de papel y grullas de origami” al actual Presidente de China Popular?


-En 1996 participé de un evento de la embajada de China y conocí a Xi Jinping, actual Presidente de la República Popular, quien en ese momento era Secretario del Comité Municipal del PCCh de la ciudad de Fuzhou, China.


Cuando me enteré por los medios que Xi Jinping iba a hacer una visita este mes en Argentina se me ocurrió regalarle una pintura. Entonces, por medio de unos contactos, el concejal de Hurlingham por el Frente para la Victoria, Adrián Eslaiman, consiguió pactar un encuentro en el marco de la visita que el mandatario realizó a la Argentina para reunirse con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y firmar acuerdos.


Fue de esa manera que tuve la suerte y el honor de darle algo de mi obra. Por medio de una traductora pude decirle que para mi era una satisfacción poder entregarle una pintura en representación de los vecinos de Hurlingham.


En la parte de atrás del cuadro escribí una dedicatoria donde me enfoqué en la amistad de los pueblos y que, como las grullas (que aparecen en la pintura y significan larga vida) auguramos una larga vida a las relaciones entre ambos países y culturas.

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