Abuelos desamparados se suman las críticas contra la Clínica Sagrado Corazón
QUEJAS

Abuelos desamparados se suman las críticas contra la Clínica Sagrado Corazón

Es la única clínica de Hurlingham que puede atender a los afiliados de PAMI, pero las quejas se multiplican por parte de pacientes, familiares, empleados y vecinos.

Abuelos desamparados se suman las críticas contra la Clínica Sagrado Corazón

Rody Rodríguez // Jueves 12 de mayo de 2016 | 16:54

El PAMI local destinó a una persona para atender las denuncias contra esa empresa de salud, que además atiende casos de alta complejidad con autorizaciones provisorias de PAMI, cuando la clínica apenas puede ocuparse de prácticas de mediana y baja complejidad.

El malestar por los servicios de la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham es cada vez mayor. Claro está que las quejas no son nuevas y además se superponen. Se quejan los empleados, se quejan los pacientes, los familiares de los pacientes y se quejan los vecinos.

La clínica es la única de Hurlingham que atiende afiliados de PAMI, y desde hace años los jubilados del distrito -que en la actualidad son aproximadamente 30 mil-, tiene como única alternativa ser atendidos allí, salvo los que tienen otro tipo de cobertura médica.

La Sagrado Corazón es propiedad de Ricardo Merech, que fundó la clínica en 1965, ahora, con 80 años de edad, don Merech derivó la responsabilidad del manejo de la clínica en Mercedes Martínez, con experiencia en el rubro aunque con no pocos conflictos.

Ubicada en Ricchieri 1634, a pocas cuadras de la estación de Hurlingham, la Clínica tiene como principal ingreso, o tal vez el único, el que proviene de los fondos de los jubilados y pensionados, por ser prestador exclusivo en Hurlingham de PAMI.

Obviamente atender a adultos mayores tiene sus riesgos, por lo delicado que es atender la salud de ese segmento etario. Los índices de mortalidad son superiores al que se registran en centros de salud que atienden a pacientes de todas las edades. Pero el índice de la Sagrado Corazón siempre estuvo un poco más elevado que el habitual. Eso hace que crezcan las críticas por las graves falencias que se registran hace años. Así el desprestigio del sanatorio va de la mano de la desconsideración popular, que con crueldad, denomina a esa empresa de la salud «camino al cielo».

En estos días, Carlos Regazzoni, Director Ejecutivo del PAMI, hizo un raid mediático para hablar de su gestión, y obviamente criticar la administración anterior. Pasó por varios programas de radio y televisión, y mientras lo entrevistaban una importante cantidad de usuarios de twitter -vecinos de Hurlingham-, le advertían los padecimientos sufridos por los pacientes de la Sagrado Corazón.

Por ejemplo, el vecino Rubén Zuljevi escribió: «por favor haga algo con los jubilados de Hurlingham que mueren por la mala atención de los médicos corruptos y la clínica de la muerte» y en otro tuit le pidió a Regazzoni: «por favor investigue a la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham donde los ancianos mueren. Mi madre murió por la mala atención».

Marcia Gambetta también a través de twitter dijo: «Sr. Regazzoni por favor audite a la Clínica Sagrado Corazón de Jesús de Hurlingham. La llaman camino al cielo».

Víctor Frisardi amplió su reclamo a la Gobernadora María Eugenia Vidal: «¿por qué no van a ver el desastre y abandono de la clínica sagrado corazón de Hurlingham? ¡Ocúpense!».

Ángeles Fuentes también se dirigió a Regazzoni: «Tendría que ver lo que es la clínica de Hurlingham Sagrado Corazón, se segundo nombre es camino al cielo, para tener en cuenta».

Otros usuarios hubieron fotos de los baños y de otras instalaciones en mal estado. Y no faltó quien dijera que por los resultados a la vista, «más que una clínica, el Sagrado Corazón parecía una cochería».

 

El malestar por los servicios de la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham es cada vez mayor. Claro está que las quejas no son nuevas y además se superponen. Se quejan los empleados, se quejan los pacientes, los familiares de los pacientes y se quejan los vecinos.
La clínica es la única de Hurlingham que atiende afiliados de PAMI, y desde hace años los jubilados del distrito -que en la actualidad son aproximadamente 30 mil-, tiene como única alternativa ser atendidos allí, salvo los que tienen otro tipo de cobertura médica.
La Sagrado Corazón es propiedad de Ricardo Merech, que fundó la clínica en 1965, ahora, con 80 años de edad, don Merech derivó la responsabilidad del manejo de la clínica en Mercedes Martínez, con experiencia en el rubro aunque con no pocos conflictos.
Ubicada en Ricchieri 1634, a pocas cuadras de la estación de Hurlingham, la Clínica tiene como principal ingreso, o tal vez el único, el que proviene de los fondos de los jubilados y pensionados, por ser prestador exclusivo en Hurlingham de PAMI.
Obviamente atender a adultos mayores tiene sus riesgos, por lo delicado que es atender la salud de ese segmento etario. Los índices de mortalidad son superiores al que se registran en centros de salud que atienden a pacientes de todas las edades. Pero el índice de la Sagrado Corazón siempre estuvo un poco más elevado que el habitual. Eso hace que crezcan las críticas por las graves falencias que se registran hace años. Así el desprestigio del sanatorio va de la mano de la desconsideración popular, que con crueldad, denomina a esa empresa de la salud «camino al cielo».
En estos días, Carlos Regazzoni, Director Ejecutivo del PAMI, hizo un raid mediático para hablar de su gestión, y obviamente criticar la administración anterior. Pasó por varios programas de radio y televisión, y mientras lo entrevistaban una importante cantidad de usuarios de twitter -vecinos de Hurlingham-, le advertían los padecimientos sufridos por los pacientes de la Sagrado Corazón.
Por ejemplo, el vecino Rubén Zuljevi escribió: «por favor haga algo con los jubilados de Hurlingham que mueren por la mala atención de los médicos corruptos y la clínica de la muerte» y en otro tuit le pidió a Regazzoni: «por favor investigue a la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham donde los ancianos mueren. Mi madre murió por la mala atención».
Marcia Gambetta también a través de twitter dijo: «Sr. Regazzoni por favor audite a la Clínica Sagrado Corazón de Jesús de Hurlingham. La llaman camino al cielo».
Víctor Frisardi amplió su reclamo a la Gobernadora María Eugenia Vidal: «¿por qué no van a ver el desastre y abandono de la clínica sagrado corazón de Hurlingham? ¡Ocúpense!».
Ángeles Fuentes también se dirigió a Regazzoni: «Tendría que ver lo que es la clínica de Hurlingham Sagrado Corazón, se segundo nombre es camino al cielo, para tener en cuenta».
Otros usuarios subieron fotos de los baños y de otras instalaciones en mal estado. Y no faltó quien dijera que por los resultados a la vista, «más que una clínica, el Sagrado Corazón parecía una cochería»El malestar por los servicios de la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham es cada vez mayor. Claro está que las quejas no son nuevas y además se superponen. Se quejan los empleados, se quejan los pacientes, los familiares de los pacientes y se quejan los vecinosLa clínica es la única de Hurlingham que atiende afiliados de PAMI, y desde hace años los jubilados del distrito -que en la actualidad son aproximadamente 30 mil-, tiene como única alternativa ser atendidos allí, salvo los que tienen otro tipo de cobertura médica.

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